En qué consiste la radiología digital en las clínicas dentales
Como cabe suponer, la radiografía dental forma parte imprescindible y esencial de una correcta atención odontológica, pues permite al profesional detectar los problemas que aqueja el paciente muy rápidamente.
Y es que, después de estas fotografías, se puede obtener una mayor comprensión de la estructura dental y aplicar sistemas preventivos mucho más directos y eficaces para posibles problemas futuros.
Hasta ahora, estas radiografías se llevaban a cabo por el método convencional, pero poco a poco están siendo sustituidas por las radiografías digitales, eliminando los inconvenientes que presentaban.
Lo que el profesional puede observar en una radiografía digital son los abscesos y quistes, la pérdida de hueso, los tumores cancerosos y no cancerosos, el decaimiento entre los dientes, las anormalidades en el desarrollo, las posiciones pobres del diente y de la raíz, los problemas dentro de un diente o debajo de la encía…
Los procedimientos que utiliza son los de Radiografía Periapical Digital, la Radiografía Panorámica, la Radiografía Cefalométrica o Lateral de Cráneo. Los tipos de radiografías posibles son las interproximales (detección de caries entre dos piezas, que es algo imposible de detectar para el odontólogo solo con el examen clínico), las ortopantomografías (muestran la cavidad oral en su totalidad), las telerradiografías (muestra el perfil del paciente) y las periapicales (proporciona al odontólogo una visión detallada de una pieza dental en concreto, pudiendo valorar toda la corona, todas las raíces y los tejidos circundantes por completo de toda la pieza dental seleccionada).
Diferencias entre radiografías digitales y convencionales
La primera diferencia y razón fundamental, para que se esté produciendo una sustitución acelerada de las radiografías convencionales por las digitales, es que las primeras contenían un riesgo muy elevado de radiación, por lo que era obligado tener unas instalaciones que minimizaran esta exposición. Sin embargo, las digitales disminuyen considerablemente este riesgo, acabando con la mayor parte de él, reduciéndolo en un 80 % y aportando una completa información a los odontólogos y demás profesionales.
Otro de los elementos diferenciadores es la velocidad en la diagnosis de las radiografías digitales con respecto a las convencionales, ya que logran simplificar notablemente el proceso. Las imágenes que se obtienen de forma digital son enviadas directamente a un ordenador, por lo que son visibles inmediatamente por los profesionales e incluso por el paciente.
Estas fotografías, de alta calidad, además de consultarse de forma inmediata, también pueden almacenarse o imprimirse con la misma rapidez. Por otro lado, que estén digitalizadas permite, gracias a diversos programas informáticos, que el dentista, y el resto de profesionales que lo requieran, tengan una visión más clara y detallada de las partes de interés. El trabajo, por tanto, gracias a los distintos softwares utilizados, facilita enormemente la comparación entre trabajos distanciados en el tiempo, un valor esencial para ver la evolución dental del paciente. Esta ventaja añadida, que no era posible con las radiografías tradicionales, evita problemas en la cavidad bucal de aspecto complejo, posibilitando un estudio acelerado de la evolución para ser mucho más efectivos en la prevención.
Diferencias entre la radiografía digital (digital directa) y una imagen digitalizada (digital indirecta)
Esta tecnología es tan eficaz y rápida gracias a un dispositivo de carga que se dispone dentro de un sensor intraoral, el cual produce una imagen digital inmediata en un monitor.
Los dos métodos esenciales para conseguir una imagen radiográfica digital o una imagen digitalizada se diferencian entre sí en que la digitalizada se obtiene mediante el escaneo o por captura fotográfica de la imagen de una placa radiográfica, transformando una imagen analógica en una imagen digital.
Por su parte, la radiografía digital se consigue con el uso de una captura digital directa de la imagen que logra transformar los rayos-X en señales electrónicas de forma directa. Al no usarse luz en esta conversión, tanto el perfil de la señal como la resolución obtenida tienen una gran precisión, ofreciendo una imagen con una calidad superior.
Ventajas y beneficios de la radiografía digital
Como ya se ha comentado brevemente, el mayor beneficio que se obtiene al usar la radiografía digital es la velocidad que se logra, gracias a su proceso de revelado. Ya no hace falta imprimir un negativo o una placa, como ocurría con el proceso habitual, para tratar el proceso de revelado y fijación de la imagen, cuto tiempo de espera podía variar entre algunas horas hasta días, según fuesen radiografías o fotografía.
En estos momentos, las imágenes digitales se consiguen en fracciones de segundo, lo que significa que se obtendrá una imagen perfecta, ya que se puede desdeñar la que no ha salido con la suficiente luminosidad, bien enfocada o mal revelada. Y es que, con esta tecnología, el resultado puede ser analizado de inmediato, ampliado y editado, aumentando el tamaño o disminuyendo los contrastes, etc., obteniendo, por tanto, la mejor imagen posible de la pieza u objeto que se está estudiando y analizando, pudiendo, además, conservarla digitalmente en un archivo o imprimirla.
Beneficios sanitarios, económicos, ergonómicos y de diagnósticos
Pero no son estas las únicas ventajas, también se consideran beneficios a nivel sanitario la menor dosis de radiaciones y material contaminante (químicos de la revelación y el fijador, plomo…) que reciben tanto el paciente como el profesional operador. En el aspecto económico, también se encuentran mejoras, ya que se da un importante ahorro en las placas radiográficas y en los rollos fotográficos, en la compra de reveladores y fijadores, así como en la compra y mantenimiento de procesadores de placas y equipos de revelado.
Por otra parte, en el ámbito de la comodidad y mejora de la gestión del trabajo, cabe señalar que se disminuye notablemente el espacio necesario para guardar imágenes y para las instalaciones de la maquinaria. Lógicamente, también facilita la creación de archivos digitales.
Por último, hay que destacar el alto contraste de las imágenes digitales, que facilitan enormemente el diagnóstico imagenológico por parte del radiólogo. Así mismo, permite el envío de los resultados y de las imágenes por internet, acelerando todo el proceso, lo que puede llegar a suponer, en algunos casos extremos, la diferencia entre la vida y la muerte de un determinado paciente. Por otro lado, facilita la consulta entre profesionales, independientemente de dónde estén ubicados, con el envío de información telemática y optimiza la comunicación con los pacientes.
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